Irena Sendler, era una polaca dispuesta a combatir y luchar por la igualdad. En la antigua Alemania, hace muchos años hicieron una muralla para separar a los judíos de los alemanes. Los alemanes, se permitían todos los lujos y a los judíos los trataban muy mal se morían de hambre incluso niños, les ponían hora para ir a sus casas, bueno ya he explicado la situación y ahora explicaré la historia de esta joven...
Irena, era una joven enfermera. Como ya he dicho antes crearon una muralla para separar a los judíos de los alemanes, a esa muralla no se podía entrar sin permiso, Irena, hizo todo lo posible para conseguir ese permiso legal y entró a ayudar a ancianos, jóvenes pero sobre todo... ¡A los niños!
A Irena, un día se le ocurrió un plan. Era cambiar los nombres a los niños y hacerlos pasar por alemanes para que pudiesen salir de esa muralla y vivir como una persona normal ¡Ella lucharía por ello! A uno por ejemplo lo sacó en un cubo de basura, a otro en un saco de patatas...
Se inventó muchísimos nombres y al lado de cada nombre ponía el nombre real. Eso lo hizo para que algún día esos pobres niños, consiguiesen volver con sus padres.
Los papeles los metió en un bote, y los enterró en un jardín hasta que todo pasase porque si pillaban la verdadera identidad serían torturados tanto Irena como los niños.
Terriblemente un policía nazi pilló a Irena. La joven, fue encarcelada y torturada para que dijese la verdad pero ella se mantenía como una tumba. Al ver que no decía nada la condenaron a muerte. Pero un soldado la dejó escapar. Desde que se escapó se cambió el nombre y no dejó de trabajar.
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